lunes, 10 de septiembre de 2012

Las casualidades y los nervios

¡Qué ilusión que este blog arranque exactamente el día de mi cumpleaños! La verdad es que ayer me han pasado un montón de cosas de esas que Iker Jiménez calificaría como serendipia, un montón de casualidades juntas, y además, casualidades que creo que me traerán cosas buenas. Ya te iré contando. 

Como sabes, ayer fue mi cumpleaños. Fue un día duro, y largo, la verdad, pero me encantó. Me desperté con una resaca horrible horrible porque la noche anterior se me fue un poco de las manos la party hard y ya desde primera hora de la mañana empecé a recibir felicitaciones y familiares en casa, que nos reunimos ayer unos cuantos por aquello de que así aprovechaban también para despedirse de mí.

Y no sé si porque ahora ya tengo un año más de experiencia o porque en mi mente algo ha cambiado y ahora miro la vida pasar con ojos de veintiseisañera, pero hoy ya me he despertado con una sensación que ayer no tenía, que es la de "me voy, de verdad, me voy". Y han empezado los nervios. Ahora tengo la sensación de que ya no me da tiempo a hacer muchas cosas, que ya no voy a volver a hacer otras tantas y además me encuentro un poquito acojonada. Yo. Sola. En Nueva York. Me cago encima.

Al menos sé que estaré sola en Nueva York pero con unos buenos billes, porque hoy también, en forma de señal o nuevamente serendipia, el día que empieza mi nuevo año de vida, he recibido, por fin, los dólares que me acompañarán en mis primeros quince días en el país que vio nacer a Divine. 500 dólares ni más ni menos, que ahora me parecen una millonada pero que seguro que me los gasto en un abrir y cerrar de ojos, porque conociéndome me va a apetecer comprarme TODO. 


Encima, como ayer también recibí numerosas propinas de familiares porque, aunque hice una lista con cosas que necesitaba por si algún familiar llamaba a mi madre para ver qué podían regalarme que me fuera útil en mi viaje, ninguno se interesó por mis necesidades y al final todos recurrieron a la sencilla tarea de soltar billes, y oye, bille a bille he amasado una pequeña fortuna, pero ya he empezado a gastármela.

Como regalo de cumpleaños hace apenas una hora he adquirido ya mi entrada para el musical de Mary Poppins en Broadway. El 13 de Octubre a las 2 p.m. hora de Nueva York, estaré sentada en el Mid Mezzanine (donde se sientan los de clase media, vamos, que ni son las entradas más caras, a 150 dólares, ni las más baratas, a 57) preparada para ver el musical de mi película favorita cuando era pequeña. No sé si te lo habré contado alguna vez, pero no es una exageración si digo que durante mi infancia vi más de cien veces esta película. Y mira tú por dónde, cómo es la vida, y cómo son, nuevamente, las casualidades, que me voy a ver a la niñera más famosa del cine, siendo yo, también, parte del gremio.

Total, que estoy histérica. Que me quiero ir ya a Nueva York y empezar a flipar con tantas cosas que ya conozco gracias al cine y a las series, y ser catalogada desde el primer día como la española friki, pero al mismo tiempo me da un pánico terrible enfrentarme a esta experiencia, ya que nunca había estado tanto tiempo fuera ni tan lejos de casa. Supongo que en eso de empezar una vida nueva en un sitio desconocido y lejos de tu país tú podrías darme algún consejo.

1 comentario:

Arald dijo...

Hasta que no he releído la entrada no he caído en la cuenta de que te vas tan lejos y directamente a una de las ciudades con más personalidad del mundo. Nueva York nunca me llamó la atención hasta hace unos año reviendo Friends que deseé y deseé vivir allí una temporada.
Vivir fuera de casa, en un país extranjero te hace crecer muchísimo como persona y eso lo irás viendo nada más llegar. Serás tú contra el mundo, pero no te asustes, tú eres más fuerte. Ánimo :D