jueves, 15 de agosto de 2013

Me Siento Extraña

Así me siento yo ahora mismo, extraña. Nuestros tiempo en New Jersey y Londres (tuyo y mío respectivamente) ha comenzado su cuenta atrás. El destino volverá a unirnos en cosa de mes y medio aproximadamente para volver a separarnos e irónicamente la que se muda a Londres serás tú y yo me quedaré en Madrid, aquel Madrid que una vez fue nuestro.


Pero bueno, aunque llevar al día el blog no sea mi fuerte al menos queda demostrado que nuestra amistad no necesita refuerzos ya que es dura como el acero toledano. Digo esto porque se suponía que esta entrada debería haber sido escrita hace casi dos meses, cuando se nos ocurrió ver en plan conexión transatlántica una película española de esas de las que mucha gente a oído hablar, casi como una leyenda urbana, pero que poca gente se ha atrevido a ver. 


Una vez más debo confirmar lo jodido de los prejuicios a la hora de enfrentarse al visionado de una película de este tipo. Confieso que no esperaba encontrarme nada en absoluto que mereciera la pena más allá del consabido revolcón entre Marieta y Barbara pero para mi sorpresa encontré una película que siendo de 1977 me parecía que podría haber sido rodada en pleno 2013.

La trama se desarrolla en una España en plena transición, somos testigos por un lado de los movimientos políticos en las altas esferas que añoran al dictador muerto y que nerviosos, intentan ingeniárselas para que su legado no desaparezca. Asistimos por tanto a la propia fundación de ni más ni menos que Alianza Popular, germen del que en nuestros días es el Partido Popular. No recuerdo si en la película usaban el nombre como tal pero el paralelismo es más que evidente.


Por otro lado tenemos al pueblo llano de la España profunda, garrulo, impasible ante los cambios políticos que se avecinan. Ambos mundos son el reflejo de una España que llega hasta nuestros días, una España en la que lo más importante sigue siendo demostrar quien es el más macho y quien lleva los pantalones de la casa. En esa España, de esos dos mundos opuestos surgen dos mujeres que no están dispuestas a comulgar con la sociedad opresora que las obliga a actuar como amas de casa o meras mujeres-florero. 


Las dos mujeres comienzan ante todo una relación de amistad, creyéndose libres de sus propios destinos, disfrutando sin hacer daño a nadie, algo que levanta las iras de los machos del lugar que ven amenazado su patriarcado por estas mujeres que creen poder decirle a la sociedad lo equivocada que está.

Como digo, una película de 1977 que bien podría ser 2013 ya que puede que España esté muy avanzada en cuanto a legislación LGTB, puede que sea maravilloso vivir en grandes ciudades, pero en pueblos y ciudades pequeñas aún hay mujeres (y hombres) que se ven obligados a reprimir su condición por el qué dirán y por temor a represalias mayores.

Una lástima que lo único por lo que esta película haya pasado a la historia del cine español sea por el morbo de sus dos protagonistas liándose, cuando en realidad es una película que va más allá, que cuenta una realidad que por mucho que nos neguemos a ver existe, la de esa España rancia y anclada en el pasado en la que los que manejan el cotarro son unos sin vergüenzas que harían cualquier cosa para seguir en el poder mientras el hombre de a pie se dedica a chismorrear y meterse en vidas ajenas en lugar de preocuparse por la suya propia. 



Hay que ver lo que te ha impresionado a ti la película. Y oye, yo te doy la razón en todo lo que has dicho, pero hijo, será que ya hemos visto cien veces eso de las dos españas en el cine (aunque es verdad que no como escenario de una historia de amor lésbico, lo que le da el puntito de modernidad del que tú hablas) que a mí me ha dejado más o menos como estaba. 

No sé si serán gajes del oficio pero a mí lo que me tira siempre de una película es su guión, y mira, yo con esta película, a ese nivel tan básico que es el guión artístico, no he podido. Aunque se le nota el querer ser más que el resto de películas del destape de entre las que emerge, no me sale decir otra cosa sino que toda la película entera es bastante absurda. 

Yo me quedo al nivel del garrulo que vería esta película por la carnaza y me alegro de haberla visto nada más que por ver el coño de Rocío Dúrcal, a quien solo conocía, cinematográficamente hablando, por las películas de ella que daban en Cine de Barrio, en las que salía ella tan guapa y tan modosita, y de repente, ¡toma parrús! No me extraña que la Dúrcal se tuviera tan calladito su trabajo en esta película, porque el nivel de desarrollo mental de su fan medio choca mucho con todo el lío de esta película.


Pero afortunadamente ya estamos en 2013 y con la Dúrcal ya no se puede meter nadie porque está muerta, y aunque la chica tampoco es que lo hiciera mal en la película, pues qué quieres que te diga, a mí memosiona más cuando canta La Gata Bajo la Lluvia que cuando lucha por dejar atrás una relación amorosa y termina entre las tetas de Bárbara Rey. Otra que tal baila.

Vaya, que la gracia que me ha hecho a mí esta película es puramente icónica, y pienso que es como hay que verla porque para todo lo demás es una película bastante mala, que me ha hecho reír mucho más que entrar en el ambiente dramático de la película, y aunque puedo ver los méritos que solamente se le intuyen, pues mira chica, que no. Eso sí, el buen rato que pasé viéndola no me lo quita nadie. Y me alegro de haberla visto contigo.

¡Que qué fuerte que la nueva temporada de nuestras vidas nos vuelva a reunir momentáneamente para volvernos a separar! Y que qué fuerte que ahora que yo me voy a Londres tú te vuelvas a Madrid, al Madrid con el que yo siempre soñé volver. Pero mira, al fin y al cabo los dos vamos a hacer lo que queremos y lo mejor de todo que es con quien queremos. Así que ya nos contaremos, como hacemos siempre. 

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